Ayer, en el Teatro del Fuerte, hubo cine desde la mañana hasta la 22. El Eco de Tandil presenció la proyección de “Tierra de los padres”, de Nicolás Prividera, documental laureado fuera del país pero que no fue aceptado para participar del Bafici 2012 ni del último Festival de Mar del Plata.
La película tiene como escenario todos los rincones del cementerio de la Recoleta donde, además de ser considerado la última morada de la clase alta, están sepultados próceres e intelectuales, las voces que aparecen una y otra vez en el film, descarnadas, antagónicas. La película es un documento histórico rescatado de escritos, libros y poemas de quienes ya no están pero hablan desde el poder, desde la intolerancia y desde la literatura y la comprensión.  Tiene una estética artística que no decae en ningún momento y un definido corte político. Quizás es un poco extensa; así y todo el documental es sumamente interesante. Tiene un prólogo donde se escucha el Himno Nacional con imágenes realmente tremendas que suceden en las calles porteñas. Y tiene un final donde la cámara vuela sobre el riachuelo, río-marrón, al compás de “Va, pensiero”, el tercer acto de la ópera "Nabucco", de Verdi.  Toda una metáfora.
Realmente hubiera sido por demás interesante charlar con su director y guionista, como se ha hecho en otras funciones siendo esta ida y vuelta provechosa para el público y el realizador. Sin embargo, nadie se presentó para dialogar con la poca gente que, a pesar de estas propuestas, se acerca muy poco a ver cine gratis.